CARICIA...

Suavidad en la caricia que deslizo a tu alma,
llama incendiaria desprovista de reloj,
va sembrándote sol asaltando tu madrugada,
depositando las llamas que habitan mi corazón.

Sútil tacto sobre el tendío de tu pecho,
enredando el misterio que encanta a tu piel,
volviendo del revés el derecho a consumirte,
para no dejar irse ni un solo átomo de placer.

Cosquilla expandida con la ternura perversa,
diambulando la entrega de la pasión en cueros,
disponiendo el sello que graba el suspiro,
enhebrando su hilo por donde corre el sentimiento.

Espumoso el verbo nos conjuga desnudos,
con el respirar a surcos por donde falta aire,
y gimen calcinantes las razones del amor
que hace del dos el unísono placer delirante.

M. Salguero